Los trabajadores de restaurantes de comida rápida de California están viendo aumentos significativos en sus cheques de pago después de que una nueva ley de salario mínimo aumentó los salarios de $16 a $20 por hora.
Desde el 1 de abril, los empleados de las principales cadenas de comida rápida con al menos 60 locales en todo el país experimentaron este aumento salarial. La legislación tiene como objetivo proporcionar un salario digno a estos trabajadores en un estado conocido por su alto costo de vida.
Si bien el aumento salarial es motivo de celebración entre muchos trabajadores, los dueños de negocios están preocupados por las implicaciones financieras.
Muchos planean compensar el aumento de los costos laborales aumentando los precios para los consumidores.
Ingrid Vilorio, trabajadora de un restaurante de comida rápida, expresó su satisfacción con el aumento salarial y afirmó: «El aumento de $20 es fantástico. Ojalá hubiera llegado antes».
Sergio Valdearama, un empleado de McDonald’s, se hizo eco de este sentimiento y destacó los beneficios personales del aumento salarial, señalando que le permitiría pasar más tiempo con su familia.
Sin embargo, el aumento salarial también ha generado preocupación entre los propietarios de empresas sobre el mantenimiento de la rentabilidad.
Alex Johnson, propietario de 10 tiendas Auntie Anne’s y Cinnabon en California, espera un aumento de aproximadamente 500.000 dólares en costos operativos repartidos entre esas tiendas y le preocupa que eso pueda obligarlo a cerrar sus negocios.
El impacto del aumento salarial se siente en todo el estado, y el personal de muchos restaurantes de comida rápida se siente obligado a traspasar el aumento de costos a los clientes, incluidos los administrados por Kerri Harper-Howie, quien supervisa 21 locales de McDonald’s.
Harper-Howie expresó su preocupación por cómo se recibirían los aumentos de precios, especialmente porque no todos los clientes pueden pagarlos.
La situación pone de relieve una tendencia más amplia de las empresas que luchan contra el aumento de los costos laborales, lo que lleva a algunas a reducir las horas de trabajo del personal, despedir empleados o considerar reemplazar a los trabajadores humanos con inteligencia artificial o robots para gestionar los gastos.
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