Devoción diaria
20 de diciembre de 2023
«Lo más importante es que complete mi labor». Hechos 20:24
Se cuenta la historia de una mujer rica que navegaba en el Titanic. Cuando chocó contra el iceberg, le dieron un división en uno de los botes guindola. Al preguntarle si podía regresar a su camarote, le dieron tres minutos. Pasando por encima del moneda y las piedras preciosas que cubrían el suelo de su cabina, cogió tres naranjas y regresó al pirueta guindola. Las circunstancias transformaron sus títulos; La tragedia aclaró sus prioridades. La pregunta no es si tu calendario estará ahíto, sino ¿quién lo llenará y con qué estará ahíto? Si eres sabio, consultarás a Jehová sobre las prioridades de tu vida y luego las tendrás delante de ti en todo momento (Ver Pr 3:6). En una indagación, se preguntó a personas mayores de noventa abriles: «Si tuvieras que poblar tu vida, ¿qué harías diferente?» Constantemente surgían tres respuestas: (1) Pasaría más tiempo con mi comunidad y amigos. (2) Intentaría más cosas y correría más riesgos. (3) Me entregaría a poco que viviría a posteriori de que yo me haya ido. Las cosas insignificantes nos roban demasiado tiempo y terminamos viviendo según prioridades equivocadas. Si dices que sí a cada petición, nunca podrás hacer lo que Jehová te ha llamado a hacer. Pablo lo tenía resuelto: “Lo más importante es que complete mi labor, la obra que el Señor Jesús me dio”. Una vida en la que todo vale es una vida en la que nadie vale. Su viejo desafío es pensar y hacer cosas que, en última instancia, importan. “¡Oh, si fueran sabios, si entendieran esto, y consideraran su zaguero fin!” (Dt 32:29 NVI).
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