Por qué debemos educar a nuestros hijos desde pequeños

Lo creamos o no, todo padre cristiano está actualmente en una batalla con el diablo por las almas de sus hijos. El diablo ha venido con toda su fuerza para atacar los hogares cristianos y llevarse cautivos a nuestros hijos.

La cultura y las influencias de las redes sociales ahora juegan un papel más importante que los padres en la formación del carácter de nuestros hijos. Necesitamos asegurarnos de que nuestros hijos estén arraigados en las cosas de Dios. Es necesario orar para que el diablo no se aproveche de nuestros hijos, pero es imperativo enseñarles a ser celosos de las cosas de Dios. Ya no basta con llevar a nuestros hijos a la iglesia. Necesitamos llevar la batalla hasta la puerta del diablo reclutando a nuestros hijos para la fuerza laboral de Dios.

En 2020, se me asignó la tarea de reclutar niños para el Club de Jóvenes Misioneros en Nigeria. Mi objetivo inicial era capacitarlos para realizar la obra misional cuando sean mayores. Ahora me doy cuenta de que este club, como cualquier otro club, puede influir y moldear el carácter de estos niños. Mi ministerio, Afri-mission and Evangelism Network, se ha asociado con escuelas y comunidades para reclutar niños en YMC, enseñándoles acerca de los héroes misioneros y ayudándolos a convertirse en mejores testigos de Cristo y Su Evangelio. Si el diablo ha prometido destruir a nuestros hijos, debemos estar dispuestos a hacer un esfuerzo adicional para ayudarlos, lo antes posible, a dañar el reino de las tinieblas.

“Instruye al niño en el camino en el que debe andar, y cuando sea viejo no se apartará de él” (Proverbios 22:6). Los padres cristianos deben estar decididos a ayudar a sus hijos a cumplir el destino que Dios les ha dado en la tierra enseñándoles y dirigiéndolos con suficiente antelación para que lleguen a ser instrumentos en las manos de Dios. Es importante señalar que el trabajo misionero no es una opción que los cristianos y sus hijos deban elegir entre otras profesiones; es una invitación que Dios ha hecho a cada cristiano para asociarse con Él en el mandato de la Gran Comisión. “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” (Marcos 16:15).

Este mandato es un llamado al deber de ser embajadores de Dios dondequiera que nos encontremos. Los niños que asumen la responsabilidad misional a una edad temprana pueden mantenerse firmes y no ceder ante la presión de sus compañeros. Algunos de nuestros jóvenes misioneros están intentando grandes cosas para Dios en la evangelización y las misiones.

Este no es sólo el momento de orar por nuestros hijos; debemos mantenerlos ocupados con el servicio de Dios para que el enemigo no los destruya.

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