Meditemos en los misterios de la cruz esta Semana Santa

¡Ha llegado otra Semana Santa! Gloria a Dios porque Cristo fue crucificado y su sangre fue derramada para la remisión de nuestros pecados. Esto fue posible gracias a la cruz, que es emblema de la vergüenza y del sufrimiento. No hay cristianismo sin cruz.

El apóstol Pablo recibió esta revelación y también está disponible para todo creyente que esté dispuesto a recibirla (Romanos 16:25, Colosenses 1:26). Esta revelación hizo que Pablo no conociera ningún otro tipo de cristianismo excepto Cristo y éste crucificado (1 Corintios 2:2). El poder de Dios fue desatado sobre él, y la gloria y la belleza oculta que se manifiestan en el sufrimiento y la persecución cristianos se hicieron evidentes en su vida.

Insto a todos nosotros este día a orar por la revelación del misterio de la cruz. Sólo podemos apreciar lo que Cristo hizo por nosotros en la cruz a través de esta revelación: “Porque la palabra de la cruz es locura para los que se pierden, pero para nosotros los que somos salvos, es poder de Dios” (1 Corintios 1:18 ). Hay tantos beneficios al abrazar la cruz. Comprender el misterio de la cruz nos ayuda a crecer espiritualmente y a descubrir el gozo escondido cuando somos perseguidos. Crucifica nuestra carne y nos ayuda a vivir en sacrificio para la gloria de Dios. Nos ayuda a aprender a ser humildes y a tener abundancia y nos hace considerar gozoso negarnos a nosotros mismos, tomar nuestra cruz y seguir fielmente a Cristo.

Este misterio no puede ser enseñado por teólogos y pastores, sólo puede ser revelado por el Espíritu Santo. Está más allá de la comprensión mental porque se discierne espiritualmente. Lamentablemente, el tipo de cristianismo sin cruz está ganando terreno entre las iglesias de hoy. Si no intercedemos para que los cristianos sean liberados de esto, muchos de nosotros seremos tragados por la doctrina de este falso evangelio, que estoy convencido es una ideología del abismo del infierno.

Por falta de la revelación del misterio de la cruz, muchos predicadores engañan y están siendo engañados. Aprovechemos la oportunidad que nos ofrece la Pascua para reflexionar con seriedad sobre lo que significa ser un verdadero cristiano.

Oremos por un verdadero avivamiento en nuestra vida. Es el dios de este mundo el que ha cegado los ojos de los falsos maestros y de los falsos conversos. Así como Cristo oró por quienes lo crucificaron, estos enemigos de Su cruz también necesitan nuestras oraciones. Que todos lleguen a un conocimiento pleno de nuestro Señor Jesús y de Su amor sacrificial por nosotros.

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