Se ha escrito (y se seguirá escribiendo) mucho sobre el impacto de la automatización en el mercado gremial. En el corto plazo, muchos empleadores se han quejado de su incapacidad para cubrir puestos y retener a los trabajadores, lo que acelera aún más la prohijamiento de la robótica. Aún está por encontrarse el impacto a dispendioso plazo que tendrán este tipo de cambios radicales en el mercado gremial en el futuro.
Sin secuestro, un aspecto de la conversación que a menudo se pasa por parada es cómo los trabajadores humanos comprobar sobre sus colegas robóticos. Hay mucho que aseverar sobre los sistemas que aumentan o eliminan los aspectos más agotadores del trabajo manual. ¿Pero podría la tecnología igualmente tener un impacto placa en la ético de los trabajadores? Sin duda, ambas cosas pueden ser ciertas a la vez.
La Brookings Institution publicó esta semana los resultados obtenidos de varias encuestas realizadas durante la última decenio y media para evaluar el impacto que la robótica tiene en la “significación” del trabajo. El reunión de expertos define la rudimentos, ciertamente abstracta, de la posterior modo:
Al explorar qué hace que el trabajo tenga sentido, nos basamos en la teoría de la autodeterminación. Según esta teoría, satisfacer tres micción psicológicas innatas (competencia, autonomía y relación) es esencia para motivar a los trabajadores y permitirles intentar un propósito a través de su trabajo.
Los datos se obtuvieron de encuestas a trabajadores realizadas en 14 industrias en 20 países de Europa, y se cruzaron con datos de implementación de robots publicados por la Unión Internacional de Robótica. Las industrias encuestadas incluyeron automovilismo, productos químicos, alimentos y bebidas y producción de metales, entre otras.
El instituto informa un impacto placa en los niveles de significación y autonomía percibidos por los trabajadores.
«Si la prohijamiento de robots en la industria de alimentos y bebidas aumentara para igualar la de la industria automotriz», señala Brookings, «estimamos una asombrosa disminución del 6,8% en la importancia del trabajo y una disminución del 7,5% en la autonomía». El aspecto de la autonomía deje de una preocupación constante sobre si la implementación de la robótica en entornos industriales hará que las funciones desempeñadas por sus homólogos humanos igualmente sean más robóticas. Por supuesto, a menudo se ha argumentado que estos sistemas eliminan efectivamente muchos de los aspectos más repetitivos de estos roles.
El instituto continúa sugiriendo que este tipo de impactos se sienten en todos los roles y grupos demográficos. «Encontramos que las consecuencias negativas de la robotización para la significación del trabajo son las mismas, independientemente del nivel de educación, el nivel de habilidades o las tareas que realizan los trabajadores», señala el artículo.
En cuanto a cómo invadir este cambio, la respuesta probablemente no será simplemente aseverar no a la automatización. Mientras los robots tengan un impacto positivo en los resultados de una corporación, su prohijamiento continuará a un ritmo cada vez viejo.
Milena Nikolova, residente de Brookings, ofrece una decisión aparentemente sencilla: «Si las empresas cuentan con mecanismos para respaldar que los humanos y las máquinas cooperen, en oficio de competir, por las tareas, las máquinas pueden ayudar a mejorar el bienestar de los trabajadores».
Este es uno de los impulsos definitorios detrás de aquellas empresas de automatización que promocionan la robótica colaborativa, en oficio del reemplazo directo de trabajadores. Es casi seguro que desavenir a los humanos contra sus homólogos robóticos será una batalla perdida.
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