Finalmente, hay poco en lo que uno y otro lados del pasillo pueden estar de acuerdo: las empresas de redes sociales son demasiado poderosas.
Según una pesquisa del Pew Research Center, el 78% de los adultos estadounidenses dice que las empresas de redes sociales tienen demasiada influencia en la política; desglosándolo por partido, eso equivale al 84% de los republicanos encuestados y al 74% de los demócratas. En universal, este punto de tino se ha vuelto un 6% más popular desde el postrero año de elecciones presidenciales.
Los sentimientos de los estadounidenses acerca de las redes sociales reflejan los de sus legisladores. Algunas de las únicas actividades políticas que recientemente han obtenido un apoyo bipartidista significativo han sido los esfuerzos por responsabilizar a las plataformas de redes sociales. Los senadores Marsha Blackburn (R-TN) y Richard Blumenthal (D-CT) han estado trabajando en su Ley de Seguridad De niño en Dirección, un esquema de ley que impondría el deber de diligencia en las plataformas de redes sociales para surtir seguros a los niños. Sin incautación, algunos defensores de la privacidad han criticado el potencial del esquema de ley para hacer que los adultos sean más vulnerables a la vigilancia estatal.
Mientras tanto, los senadores Lindsey Graham (R-SC) y Elizabeth Warren (D-MA) además han forjado una asociación improbable para proponer un esquema de ley que crearía una comisión para supervisar las grandes plataformas tecnológicas.
“Lo único peor que yo haciendo un esquema de ley con Elizabeth Warren es que ella haga un esquema de ley conmigo”, dijo Graham en una audiencia en el Senado en enero.
Es obvio por qué los estadounidenses piensan que las empresas de tecnología tienen demasiado poder político: desde la pesquisa de 2020, las plataformas sociales se utilizaron para coordinar un ataque al Capitolio y luego, como resultado, un presidente en adiestramiento fue excluido de esas plataformas por incitar a esos ataques. Mientras tanto, el gobierno está tan preocupado por la influencia de TikTok, de propiedad china, que el presidente Biden acaba de firmar un esquema de ley que podría prohibir la aplicación para siempre.
Pero las opiniones de los estadounidenses conservadores y liberales divergen sobre el tema del sesgo de las empresas tecnológicas. Mientras que el 71% de los republicanos encuestados dijo que las grandes empresas tecnológicas favorecen las perspectivas liberales sobre las conservadoras, el 50% de los demócratas dijo que las empresas tecnológicas apoyan cada conjunto de puntos de tino por igual. Sólo el 15% de los adultos en universal dijeron que las empresas de tecnología apoyan a los conservadores más que a los liberales.
Los resultados de esta pesquisa tienen sentido poliedro el aumento de plataformas sociales explícitamente conservadoras, como Rumble, Parler y la propia aplicación Truth Social de Trump.
Durante la presidencia de Biden, agencias gubernamentales como la FTC y el Área de Razón han registrado más a las empresas de tecnología. Algunas de las empresas más grandes del país, como Amazon, Apple y Meta, se han enfrentado a importantes demandas alegando comportamientos monopolísticos. Pero según la pesquisa de Pew, sólo el 16% de los adultos estadounidenses piensa que las empresas de tecnología deberían estar menos reguladas que ahora. Este porcentaje ha crecido desde 2021, cuando Pew determinó que ese valencia era del 9%.
Puede que los liberales y los conservadores no estén de acuerdo en todo cuando se tráfico de política tecnológica, pero la perspectiva predominante de esta pesquisa es clara: los estadounidenses están cansados de la enorme influencia de las grandes empresas tecnológicas.
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