Devoción diaria
20 de marzo de 2024
“Quienes viven al amparo del Altísimo encontrarán refrigerio a la sombra del Todopoderoso. Esto declaro del Señor: Sólo él es mi refugio, mi motivo de seguridad; él es mi Jehová y en él confío. Él te protegerá con sus alas. Él te protegerá con sus plumas. Sus promesas llenas de fe son tu armadura y tu protección.» Cántico 91:1-2,4
En 2 Reyes 4, hay una historia sobre una mujer rica y su marido que conocieron a Eliseo y lo invitaron a cenar. Esto se convirtió en poco habitual cada vez que Eliseo estaba en la ciudad. En los versículos 9-10, la mujer rica le dice a su cónyuge: “Estoy seguro de que este hombre que viene de vez en cuando es un santo hombre de Jehová. Hagámosle un pequeño cuarto en el techo y amueblémoslo con una cama, una mesa, una arnés y una mancha. Otra interpretación dice: «Quien pasa por nuestro banda con regularidad». Se refería a Eliseo, el profeta que había recibido una doble porción de la unción de Jehová y estaba realizando muchos milagros poderosos. Esta mujer estaba diciendo que no era suficiente que Eliseo (quien puede representar a Jehová) viniera a visitarlo de vez en cuando. Quería hacerle un motivo en su casa. Ella quería que él pasara el anciano tiempo posible con su grupo, así que le pidió a su marido que le hiciera un dormitorio.
Jehová quiere ser más que un simple “transeúnte” en tu vida los domingos en la iglesia. Él quiere que le hagas espacio para estar en tu hogar con tu grupo. Quiere involucrarse en tus metas y sueños personales. Él desea ser parte de cómo crías a tus hijos y de cómo tratas a tu cónyuge. Incluso quiere estar contigo en tus actividades diarias, como trabajar en tu trabajo o cuidar a tus hijos. Él quiere que vivas una vida plena y profuso en estrecha comunión con Él.
Entonces Eliseo, que antiguamente era sólo un visitante en la casa de la mujer rica, se convirtió en autóctono de su casa. Más tarde terminó orando para que ella tuviera un hijo cuando parecía difícil, y ella finalmente concibió y tuvo un hijo. Luego, abriles luego, cuando el hijo enfermó y murió, la mujer lo llevó a la habitación de Eliseo, y él oró por él, ¡y el nene resucitó! Todas estas bendiciones y milagros sucedieron para la grupo de esta mujer porque ella decidió dejar que Jehová estableciera su residencia en su hogar.
No te conformes con dejar que Jehová sea un “transeúnte”. Invítalo a cada parte de tu vida hoy. Es una atrevimiento de la que nunca te arrepentirás.
Compartir
————————————————– —————–
Esta página transcribe artículos de diversas fuentes de dominio conocido, las ideas expresadas son responsabilidad de sus respectivos autores por lo cual no nos hacemos responsables del uso o la interpretación que se les dé. La información publicada nunca debe sustituir información profesional, médica, admitido o psicológica.