A veces la naturaleza proporciona los mejores planos para construir robots eficaces. Asimismo puede proporcionar el mejor material. Miles de millones de abriles de selección natural han construido una maquinaria proporcionado impresionante, por lo que no se puede culpar a los ingenieros por tomar prestado un poco de inspiración del mundo que los rodea. En particular, el campo de la robótica blanda (con sus componentes flexibles y dóciles) le debe mucho a la biología animal.
Si acertadamente estos sistemas tienen formas suaves, muchos de sus componentes siguen siendo rígidos como sus contrapartes más tradicionales. Los investigadores están trabajando para aportar rudimentos flexibles que creen traslado para estos robots blandos. Como lo expresa sucintamente el MIT, «nuestros músculos son los actuadores perfectos de la naturaleza».
Sin secuestro, el equipo va más allá de simplemente imitar músculos. Los investigadores de la escuela están utilizando tejido muscular vivo próximo con piezas de robots sintéticos para una clasificación de robots conocida como «biohíbridos».
El profesor de ingeniería del MIT, Ritu Raman, confirmó el proceso con TechCrunch y señaló: “Construimos los tejidos musculares a partir de células de ratón y luego colocamos los tejidos musculares en el exoesqueleto de nuestro androide. Luego, los músculos funcionan como actuadores del androide: cada vez que el músculo se contrae, el androide se mueve”.
Las fibras musculares están unidas a un dispositivo «parecido a un resorte» llamado «flexión», que sirve como una especie de estructura esquelética para el sistema. Puede resultar difícil trabajar con el tejido muscular biológico y, en universal, impredecible. Si se deja en una placa de Petri, el tejido se expandirá y contraerá como se esperaba, pero no de modo controlada.
Para poder implementarse en sistemas robóticos, deben ser confiables, predecibles y repetibles. En este caso, eso requiere el uso de estructuras que sean flexibles en una dirección y resistentes en la otra. El equipo de Raman encontró una decisión en el laboratorio de fabricación del MIT del profesor Martin Culpepper.
Aún era necesario ajustar las flexiones a las especificaciones del androide, optándose finalmente por estructuras con 1/100th la rigidez del tejido muscular. «Cuando el músculo se contrae, toda la fuerza se convierte en movimiento en esa dirección», señala Raman. Es un aumento enorme”.
El sistema de fibra/flexión muscular se puede aplicar a varios tipos de robots de diferentes tamaños, pero Raman dice que el equipo se centra en crear robots extremadamente pequeños que algún día podrían actuar internamente del cuerpo para realizar procedimientos mínimamente invasivos.
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