Devoción diaria
31 de marzo de 2024
“Te alabo porque estoy hecho de guisa maravillosa y maravillosa; Tus obras son maravillosas, lo sé muy aceptablemente”. Salmos 139:14
Jesús pagó un gran precio para que pudiéramos residir la vida en riqueza. Él sangró de Su cuerpo en siete lugares diferentes para curar cada parte de tu vida. Lo hizo para que usted pudiera ser perdonado, ileso y libertino.
La primera vez que Jesús derramó Su cepa fue cuando estaba orando en el Huerto de Getsemaní. La Sagrada Escritura dice: “Su sudor era como gotas de cepa”. Jesús sangró por la curación de tu voluntad, “no se haga mi voluntad sino la tuya. (Lucas 22:42) Los deseos de este mundo te dejarán vano y destrozado, pero cuando le entregues tu vida a Cristo y quieras lo que Él quiere para tu vida, comenzarás a residir la vida al mayor. Querrás ser como Jesús y caminar como Él caminó mientras vives una vida con propósito.
La segunda vez que Jesús sangró, sangró por el rostro cuando le arrancaron la barba. El profeta Isaías vio esto en una visión 2000 abriles ayer de que sucediera. Isaías 53:3-3 dice: “Despreciado y desechado de los hombres, hombre sufridor y familiarizado con el dolor. Como aquel de quien la muchedumbre esconde el rostro, fue despreciado y lo menospreciamos”. Jesús quedó irreconocible a posteriori de que lo golpearon y le arrancaron la barba. Jesús sangró esta segunda vez para la curación de tu propia imagen. Quizás te miras al espejo todos los días y te odias. Escuchas una voz que dice que no eres lo suficientemente bonita, ni lo suficientemente flaca, ni lo suficientemente inteligente. Esa voz ha llevado a mucha muchedumbre a la desesperación. Pero la Sagrada Escritura dice que Altísimo te hizo a Su imagen, y que eres creado de guisa maravillosa y maravillosa.
La tercera vez que Jesús sangró fue cuando le colocaron la corona de penalidades en la habitante. Este sangría de la habitante representa una curación de tu mente. Tal vez las cicatrices mentales de circunstancias pasadas o presentes lo hayan dejado en lo más profundo de la depresión. Posiblemente hayas afrontado tu angustia mental con drogas o pimple y ahora seas dependiente. Tal vez vivas tu vida con miedo constante o preocupándote por lo que sucederá en tu futuro. Pero Jesús sangró para curar tu mente. No tienes que residir una vida de derrota y desesperanza. Cuando Jesús derramó Su cepa, aceptó la maldición. El aguijón representa la maldición y Él derramó Su cepa para curar tu mente del exageración, la violación, el trauma y todo lo horrible que el enemigo ha intentado hacerte. Él puede renovar tu mente y liberarte del poder del pasado.
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