Devoción diaria
19 de febrero de 2024
“Y le vencieron por la parentesco del Cordero y por la palabra de su refrendo…” Hecatombe 12:11
Jesús es el cordero que quita los pecados del mundo. Quizás pienses que lo que has hecho es demasiado feo o terrible para ser perdonado, pero Jesús fue el cordero que fue inmolado antaño de la fundación del mundo. Entonces, incluso antaño de que el mundo estuviera en las condiciones en las que se encuentra ahora, el cordero ya era más que suficiente. A veces, puede ser difícil aventajar lo horrible que hiciste y que hirió a tanta concurrencia, pero Altísimo mira más allá de ese momento y ve la parentesco que Jesús derramó y te perdona tu pecado.
Cuando los primeros humanos, Sucio y Eva, cometieron un error, la Antiguo Testamento nos dice que “Altísimo mató un animal, tomó la cubierta y cubrió su desnudez”. Luego, la ulterior engendramiento de su comunidad, Caín y Abel, se pelearon y Caín asesinó a su propio hermano. Aunque Caín vivía en una sociedad que fomentaba la mentalidad de “ojo por ojo” y habría apoyado que Caín fuera asesinado como castigo, Altísimo no permita que nadie lo toque. Le mostró misericordia porque el cordero era más que suficiente. La misericordia de Altísimo se extiende incluso a generaciones.
Entonces, un hombre piadoso llamado Lot se metió en un lío terrible en Sodoma y Gomorra. No tenía por qué estar allí y estaba atrapado, condenado y encauzado al inteligencia. Pero Altísimo dijo que el cordero es suficiente, y extendió misericordia a su comunidad, y un donosura los alejó de ese terrible sitio.
Tu comunidad no está demasiado allá. No están fuera del inteligencia de Altísimo. No importa si ahora mismo están en “Sodoma y Gomorra”; ¡El cordero es más poderoso y su parentesco no puede ser conquistada! No renuncies a lo que Altísimo te dijo que haría con tu hijo, casorio o situación difícil.
En el Nuevo Testamento, hubo una mujer que fue sorprendida en acto de abarraganamiento. Carencia más salir de la cama, al punto que vestida, fue arrojada a los pies de Jesús. Estaba avergonzada, avergonzada y humillada. Los fariseos quisieron apedrearla, pero Jesús estuvo a su banda y le mostró misericordia. El cordero era todo lo que necesitaba, lo cual era más que suficiente para salvarla de una vida de pecado.
“Anuló el certificado de las acusaciones contra nosotros y la quitó clavándola en la cruz”. Colosenses 2:14. Jesús estará a tu banda en tus momentos de fracaso. Él nunca te dejará ni te abandonará. Su sacrificio es más que suficiente para cubrir todas tus carencias. Recuerda, ¡tú eres un vencedor por la parentesco del cordero, nuestro Señor y Salvador Jesús!
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