“Honra al Señor dándole la primera parte de todos tus ingresos, y él llenará tus graneros con trigo y cebada y rebosará tus tinajas con los mejores vinos”.
Proverbios 3:9 (TLB)
Cuando te conviertes en una persona de fe, aprendes a dar de acuerdo a lo que Jehová te dice que des. No limitas lo que das decidiendo: «Esto es lo que creo que puedo dar razonablemente». Ese tipo de dar no requiere ninguna fe.
En puesto de eso, pregúntale a Jehová: “¿Qué quieres dar a través de mí?” Hay una diferencia entre dar por instinto y dar por fe.
Mi esposa Kay y yo hemos sido probados varias veces de esta forma en cuanto a dar. Uno de los ejemplos más dramáticos fue cuando recaudamos capital para construir el primer centro de adoración de la Iglesia Saddleback en 1993. Le pedimos a la gentío que se comprometiera a donar durante un período de tres primaveras. Entonces Kay y yo oramos sobre lo que daríamos y llegamos a una cantidad que no parecía regular, según nuestros ingresos. Desde nuestra perspectiva, era más de lo que podíamos permitirnos. Pero confiamos en Jehová por esa cantidad.
Unos días más tarde estaba leyendo en 1 Crónicas 29 acerca de cómo Jehová le dijo al rey David que anunciara su regalo para construir el templo para que todos supieran que estaba sacrificando tanto como los demás.
Sentí que Jehová me estaba diciendo que anunciara nuestro regalo para que fuera un desafío para los demás. Me preocupaba que la gentío malinterpretara mi motivo. Pero lo hice de todos modos y le pedí a nuestra iglesia que orara por nosotros.
Un mes luego, íbamos a comenzar el fin de semana en el que recibiríamos la ofrenda exclusivo y todavía nos preguntábamos cómo funcionaría todo esto. Luego, el viernes preparatorio a ese fin de semana, recibí una convocatoria de Zondervan Publishing Company diciendo que querían que escribiera un volumen y lo llamara La iglesia impulsada por un propósitoy me darían un adelanto que era más capital del que Kay y yo nos habíamos comprometido a dar.
¡No puedes dar más que Jehová!
Comunicarle esta comunicado a nuestra iglesia fue una de las experiencias más grandes de mi vida. Y casi me lo pierdo por mi propia terquedad. No habríamos podido ver cuán confiable es Jehová si no hubiésemos hecho lo que Jehová nos dijo que hiciéramos. Fue una disertación que nunca olvidaré.
“Honra al Señor dándole la primera parte de todos tus ingresos, y él llenará tus graneros de trigo y cebada y rebosará tus tinajas de morapio fino” (Proverbios 3:9 TLB).
Murmurar de ello
- Piense en lo que motiva su donación. ¿Das por lo que crees que es posible o por lo que Jehová te dice que es posible a través de él?
- ¿Cómo has manido a Jehová revelarte lo que quiere que le des?
- ¿Qué miedos pueden impedirte dar cuando lo necesitas?
Dé esperanza, oración y aliento a continuación. Publica un comentario y acento sobre ello.
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