La mayoría de los estadounidenses de primera concepción bromearán y dirán que éramos asistentes personales, intérpretes y analistas tecnológicos incluso antaño de que supiéramos conducir. Mis padres inmigrantes a menudo dependían de mi hermano y de mí para ayudar conveniente a la barrera del idioma, especialmente con problemas de servicio al cliente. Entonces nos reuníamos en la mesa del comedor para hacer llamadas y destinar correos electrónicos en tribu.
Una vez llegó una cuenta de teléfono celular por correo con algunos cargos adicionales y mi papá no podía comunicarse con nadie por teléfono. Él estaba ocupado con el trabajo esa semana y como yo tenía dieciocho primaveras y podía conducir, mi papá sugirió que mi hermano y yo fuéramos a dialogar con los representantes de nuestro proveedor de servicios en el centro comercial. Inmediatamente tuve miedo y rechacé su petición. Pero rápidamente me recordó que yo uso más el teléfono celular en nuestra tribu y se conformó con anular el servicio por completo. Entonces acepté este plan, pero tuve muchas dudas.
“Somos sólo niños, no nos escuchan. . . ¡Y no me gustan las matemáticas ni sé lo suficiente sobre todo el tema financiero! Le di excusa tras excusa para hacerle entender que este plan fracasaría.
Me miró sonriendo y sacudió la comienzo lentamente: “Simi, no te conocen, pero me conocen a mí. Sólo diles mi nombre. ¡Firmé un arreglo y tengo una cuenta a mi nombre!
En un zaguero intento de hacerle cambiar de opinión, le supliqué: “¿Pero qué pasa si no nos escuchan?”
Mi papá respondió, “Entonces les dices: ¡Viene mi papá!”
Fue como un momento épico de una película de Bollywood, pero luego mi hermano y yo lo arruinamos al reírnos de mi papá por ser tan dramático.
Me hace pensar en Moisés.
Moisés se paró en presencia de una zarzamora fervoroso con una excusa tras otra para no ir en presencia de el faraón y pedirle: “¡Deja ir a mi pueblo!” No se sentía preparado ni adecuado. No necesariamente sentía que ese fuera su papel a desempeñar. Jehová escuchó todas sus excusas y, al igual que mi papá, le dijo a Moisés que fuera de todos modos.
Moisés dijo a Jehová: “Supongamos que voy a los israelitas y les digo: ‘El Jehová de vuestros padres me ha enviado a vosotros’, y me preguntan: ‘¿Cómo se fogosidad?’ Entonces, ¿qué les diré?
Jehová le dijo a Moisés: “YO SOY EL QUE SOY. Esto es lo que debéis opinar a los israelitas: ‘YO SOY me ha enviado a vosotros’”.
Éxodo 3:13-14 NVI
Esta fue la guisa en que Jehová le recordó a Moisés:
No vais con vuestra autoridad sino con la Mía. No irás como un simple hombre, irás como Mi representante y Mi portavoz. Tus credenciales no te permitirán cruzar la puerta, pero Mi poder les hará memorizar que estoy contigo.
Muchas veces cuando Jehová nos fogosidad a poco prócer nos sentimos demasiado pequeños para llevarlo a extremo. Evitamos oportunidades, conversaciones y mesas a las que Jehová nos invita a ir porque no nos sentimos equipados. Pero si Él te fogosidad, no irás con tu propia fuerza, cabeza o autoridad. Vas en Su nombre y Él está contigo.
Ese día me reí de mi papá porque para mí él era solo mi papá, corriente en todos los sentidos, y no entendía su autoridad para dialogar con la compañía telefónica. Creo que, como hijos de Jehová, incluso somos víctimas de esta trampa. Estamos tan familiarizados con Jehová que olvidamos su autoridad.
Cuando Jehová le dijo a Moisés que fuera en Mi poder y en Mi nombre, Moisés no lo entendió del todo, al igual que nosotros. Estaba indeciso. Pero Jehová le mostró a Moisés que su autoridad es suficiente. (Lea el relato completo en Éxodo 3-14 para obtener una imagen innegable del poder de Jehová).
Puede que no lo entendamos completamente, pero los demonios tiemblan en presencia de Su nombre, los mares se parten en presencia de Su nombre, los gigantes caen en presencia de Su nombre y los muertos cobran vida en Su nombre.
Hoy puedes dudar, pero amigo, reconoce que el poder de Jehová es suficiente para salir delante. Di Su nombre. Dígalo más resistente. Quizás te sientas pequeño, pero tu Jehová es prócer y está contigo.
¡Escuche la devoción de Simi a continuación o dondequiera que transmita podcasts!
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