Por Jack GrahamColaborador de opinión
“Confía en el Señor con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él endeorará tus veredas” (Proverbios 3:5-6).
Pocos versículos son tan conocidos como Proverbios 3:5-6. Muchos de nosotros –incluyéndome a mí– los hemos convertido en nuestros versos de vida. Meditamos en las verdades que nos recuerdan y buscamos ordenar nuestras vidas en torno a su sabiduría.
Y, sin embargo, muchos cristianos no comprenden completamente la belleza y profundidad de las promesas ofrecidas a los creyentes en estos dos breves versículos. Sé que ciertamente no lo hice. De hecho, pasaron años en mi fe cuando finalmente comprendí el poder de esta promesa particular que Dios le hace a su pueblo.
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Pero tan importante como comprender la promesa, también llegué a comprender los principios de los que depende la promesa.
Hay tres principios que debemos descubrir en estos versículos que deben guiar nuestra vida, todos los días, en cada decisión.
Principio 1: Confianza en el Señor
Proverbios 3:5 dice: “Confía en el Señor con todo tu corazón”. Esta no es una parte opcional de la vida cristiana. Es el mismo centro. Y aún así, muchos de nosotros luchamos por comprender cuál es la voluntad de Dios para nosotros.
Si bien esa es una pregunta importante, no debemos preocuparnos porque sabemos quién es nuestro Dios. Las Escrituras y la persona de Jesús nos revelan un Dios cuya voluntad para nosotros es positiva y personal.
La voluntad de Dios no es una hoja de ruta. No es una guía de 10 pasos para tu vida perfecta. Más bien, es una relación. Esa es una de las cosas más singulares y hermosas de nuestra fe. Es relacional. Por eso la confianza es tan central para seguir a Jesús.
Piénsalo: si puedes confiar en que Jesús te salvará y te llevará a pasar la eternidad con Él, puedes confiar en Él en cada paso de tu camino hacia allí. Él es lo suficientemente poderoso como para darte vida eterna y, sin embargo, se preocupa por tu vida personal aquí y ahora.
Nuestra respuesta a esta asombrosa verdad debe ser una dedicación total. Debemos poner a Cristo en primer lugar, no sólo en algunas cosas, sino en todo. Por eso le digo a nuestra familia de la iglesia que hay cuatro maneras en que debemos poner a Dios en primer lugar: con nuestro tiempo, nuestra atención, nuestros ingresos y nuestro amor. Dios debería obtener lo primero y lo mejor de todo lo que tenemos para ofrecer.
Principio 2: Apóyate en el Señor
La siguiente parte de Proverbios 3 nos instruye a no confiar en nuestro propio entendimiento. Nuevamente, debemos recordar quién es nuestro Dios para comprender todo el alcance de esta promesa.
Dios es más grande y más sabio que nosotros. Él conoce el final desde el principio. Él es completamente bueno y hace todas las cosas para el bien de quienes lo aman. Entonces, ¿por qué no nos apoyaríamos en Él?
En este pasaje, Dios no está diciendo que debamos carecer de todo entendimiento. De hecho, Él nos ha dado mentes y habilidades para usarlas para Su gloria. Pero no confiamos sólo en lo que sabemos. Porque seamos honestos: hay muchas cosas que no sabemos.
Sin embargo, servimos a un Dios que lo sabe todo.
Sus caminos son más elevados y mejores que los nuestros y Él tiene el control total. Por eso la Biblia nos enseña a pedirle a Dios sabiduría: la capacidad de ver las cosas desde Su perspectiva.
Principio 3: Caminar en Su voluntad
La última premisa de Proverbios 3 es nuestra obediencia. No basta con conocer y reconocer la voluntad de Dios. Debemos caminar en él.
Caminar es activo. Caminar requiere participación. Dios quiere cambiarnos, hacernos más como Jesús por el poder del Espíritu. Nuestro papel es dejar que Él transforme tanto nuestra cabeza como nuestro corazón.
Este tipo de transformación requiere escuchar. Debemos escuchar a Dios y permitirle que sea Él quien ordene nuestros pasos y nuestras paradas. Debemos dejar de adelantarnos o quedarnos atrás. Debemos caminar con Dios, dejándonos guiar y corregir por el Espíritu.
La promesa: Él endeorará tus caminos
Cuando hacemos estas tres cosas, podemos tener plena confianza en que Dios dirigirá nuestros caminos. Dios ha prometido y siempre cumple sus promesas. No hay razón para dudar de Él. Él nos da la dirección a seguir y nuestro trabajo es confiar completamente en Él y caminar hacia adelante con plena confianza.
Me invade una paz inexplicable cuando considero que Dios cuidará de mi futuro, siempre y cuando yo se lo entregue. Y hay una tremenda libertad al saber que no tengo que resolver la vida por mi cuenta.
El Dr. Jack Graham es el pastor de la Iglesia Bautista Prestonwood, una de las iglesias más grandes y de más rápido crecimiento en Estados Unidos. Es autor del aclamado Unseen, y sus transmisiones de Ministerios PowerPoint están disponibles en 92 países y se escuchan diariamente en más de 740 ciudades. Síguelo @jackngraham.
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