“La cuestión es esta: el que siembra escasamente, igualmente segará escasamente, y el que siembra desinteresadamente, igualmente segará desinteresadamente. Cada uno debe hacer lo que ha decidido en su corazón, no de mala apetencia ni por obligación, ya que Altísimo ama al donador alegre. Y poderoso es Altísimo para hacer sobre vosotros toda indulto, para que, teniendo siempre en todo lo necesario, sobresalgáis en toda buena obra.“
2 Corintios 9:6-8 NVI
La liberalidad y la provisión en el reino de Altísimo no tienen sentido. Desde nuestra perspectiva, siempre hay un final. Las cosas se acaban, ya sean finanzas, energía o tiempo. Parece que si damos demasiado, si invertimos demasiado, es posible que no obtengamos lo mismo a cambio o incluso que nos quememos.
Pero el reino de Altísimo es un reino al revés. Como dice el pasaje, Él es capaz de hacer cada la indulto se desborde para ti. No vendrá de esforzarse ni de apresurarse, sino que fluirá desde el Padre alrededor de ustedes y luego alrededor de quienes los rodean.
Nunca te quedarás sin lo que necesitas para morar tu propósito en Su reino.
Podemos sembrar desinteresadamente, dar desinteresadamente, porque el desbordamiento de la provisión de Altísimo nunca termina. Seamos dadores alegres por la indulto que nuestro Altísimo nos ha entregado en prodigalidad.
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