Quizás la cuarta vez sería la vencida. Eso esperaba. Aunque estaba decidida, no estaba segura de poder soportar otra engaño. ¿Fue este el “deseo de mi corazón” entregado por Jehová del que se deje en el Cántico 37, o simplemente yo perseguía poco que quería con mis propias fuerzas?
Durante un tiempo sentí la requisito de retornar a un trabajo tradicional de nueve a cinco. Ahora que mis hijos crecieron, mi mundo se había vuelto demasiado silencioso. Ansiaba más estructura, interacción y variedad de la que el estudio bíblico semanal, el voluntariado y la iglesia podían proporcionarme. Asimismo me sentí llamado a ir más allá de mi cómoda burbuja cristiana.
Todo se sintió muy “Oración de Jabes”. ¿Está familiarizado? Hace abriles, Bruce Wilkenson popularizó la oración del Antiguo Testamento que se encuentra en 1 Crónicas 4:10 (NVI) en su pequeño manual. La Oración de Jabes: Abriéndose paso con destino a la vida bendita:
“Oh, si en verdad me bendijeras y ensancharas mi circunscripción, que tu mano estuviera conmigo y me guardaras apartadme del mal, para no causar dolor!
El versículo termina revelando cómo Jehová respondió la audaz oración de Jabes: “Entonces Jehová le concedió lo que pidió”.
¿Jehová me concedería lo que pedí? Si aceptablemente todas las peticiones de la oración fueron relevantes, destacó la idea de “ampliar mi circunscripción”. Anhelaba poblar el evangelio sirviendo a los demás de modo significativa.
Quería retornar a trabajar.
Amigos y familiares pensaron que estaba chiflado por renunciar a la arbitrio y flexibilidad que disfrutaba como escritor. La mayoría de ellos tenían en mente la retiro, no el inicio de una nueva carrera. Ni siquiera mi consorte lo entendía del todo, pensando que mi deseo era más de guatar el tiempo y salir de casa que de que Jehová me llamara a poco diferente.
Los escuché y me cuestioné. ¿Cualquiera vería el valencia de una mujer de 50 y tantos abriles que no había trabajado en un empleo tradicional en décadas? ¿Cómo se comunica todo lo que hace como escritor (creación de contenido, oratoria, marketing, establecimiento de contactos) en un currículum simple? ¿Mis funciones anteriores de marketing a tiempo parcial mostrarían lo suficiente mi serio impulso y espíritu emprendedor? ¿Mis cualidades de liderazgo requeridas en el empleo de mujeres y el voluntariado contarían para poco en el mercado coetáneo?
Como sabía que el proceso de solicitud era un caldo de cultivo para la duda, comencé a rememorar mi identidad en Cristo. He aprendido que cuando la vida se pone difícil, es importante rememorar quién eres por quién es Jesús y lo que ha hecho y hará.
Como hijas de Jehová, somos
- Amado
- Escogido
- Conocido
- Perdonado
- Redimido
Nunca debemos olvidar que Jehová está siempre y sólo para nosotros, pero hay un enemigo que está siempre y sólo contra nosotros. (Romanos 8:31)
Apuntalado espiritualmente, actualicé mi currículum y comencé a tirar espaguetis a la muro. Cedido que el postrero trabajo de tiempo completo que tuve (y que amaba absolutamente) fue en una comunidad de jubilados, ese era mi objetivo. No importa, fue hace 28 abriles.
Para mi sorpresa, la primera aplicación fue un swing y un impresión. El jefe de contratación y yo tuvimos una excelente conexión y recibí una ofrecimiento. El efectivo fue ingenioso. Pero el seguridad entre vida personal y sindical era terrible. Lloré ayer de bajarlo.
En mi segundo intento, entregué mi currículum en persona, pensando que demostraría iniciativa e impresionaría al director de marketing. Pensé mal. Posteriormente de una conversación incómoda, recibí un correo electrónico de rechazo tres días posteriormente.
Lloré de nuevo.
El tercer trabajo en una comunidad nueva y elegante me emocionó mucho. Una entrevista telefónica dio motivo a varias entrevistas en persona. Estaba seguro de que el trabajo era mío… hasta que los días sin ofrecimiento se convirtieron en semanas. Cuando finalmente recibí la señal, ya habían preferido al otro candidato restante.
Lloré una vez más.
Mis hijos estaban al tanto y creo que les dolía más que a mí cuando las cosas no funcionaban. Siempre les había enseñado: “Si al principio no tienes éxito, inténtalo, inténtalo de nuevo”, y aquí tenía la oportunidad de demostrarles esa misma ciencia.
Creí que Jehová me había entregado este deseo, así que tenía para seguir intentándolo. Si podemos abandonarse en Jehová con las puertas abiertas, podemos abandonarse en las que se cierran.
Meses posteriormente, el motivo al que había solicitado en persona y recibí un rápido rechazo, volvió a divulgar el mismo puesto. Entre todas las comunidades que había considerado, fue mi primera opción. Apliqué de nuevo. Esta vez me invitaron a una entrevista.
Conduciendo con destino a su campus, sintiéndome más inerme que nunca, oré. Si este deseo resistente y específico no era del Señor, le rogué que me lo quitara.
El esquema de una ya larga (pero sorprendente) historia de Jehová es este: ¡Conseguí el trabajo!
Durante los últimos tres abriles, he conocido a las personas más maravillosas y he ayudado a docenas de personas mayores a comprender sus opciones y a tomar decisiones difíciles pero importantes que les resultan aperos.
Al igual que Jabes, Jehová me bendijo y me concedió lo que pedí (estoy convencido de que Él me dio el deseo en primer motivo).
¿Cuándo has experimentado un resistente deseo a pesar de la competición o el fracaso? ¿Qué podría Jehová querer que sepas acerca de quién eres en Él? (Vuelve y lee mi breve índice de cómo Jehová te ve como Su hija, o abre tu Antiguo Testamento y encuentra Su intimidad por ti en todas las Escrituras).
Palabra con Jehová sobre tus deseos. Y tal vez sea hora de intentarlo, intentarlo de nuevo.
¡Escuche el devocional de hoy a continuación o en su aplicación de podcast favorita!
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