El derecho a reparar ha sido un tema candente desde hace varios abriles, alcanzando una especie de masa crítica en la estatuto doméstico e internacional. Los defensores señalan que estas propuestas brindan a los usuarios más control sobre su propia propiedad, al tiempo que amplían la vida útil de los productos y reducen los desechos electrónicos.
Fairphone es, quizás, la empresa de hardware más destacada que hace de la reparabilidad la almohadilla de su espíritu de diseño de electrónica de consumo, en emplazamiento de una simple idea de postrer momento. Hasta la época, la startup europea ha animado varios teléfonos y un par de auriculares supraaurales. Esta semana, agregará auriculares a esa letanía.
Si perfectamente los auriculares Bluetooth se han convertido rápidamente en un producto nuclear, la capacidad de reparación del adjudicatario no ha sido un punto de partida, adecuado a su tamaño compacto. Además son relativamente baratos de producir, lo que facilita tirar un par cuando deja de funcionar por algún motivo. Si va a hacer que un producto como este sea reparable, debe convertirlo en una característica fundamental, lo cual, a Dios gracias, es la esencia de Fairphone.
En este caso, la empresa se centró en la duración de la pila. Los usuarios pueden destapar fácilmente los chico y el estuche para quitar las baterías una vez que se hayan utilizado. La compañía ardor a los Fairbuds «los auriculares premium más reparables del mundo». Ciertamente, son más fáciles de destapar e cambiar piezas que productos competitivos como Apple y Samsung.
El precio de 149 euros (162 dólares) los sitúa en algún emplazamiento en el nivel medio del mundo de los auriculares. Por supuesto, hoy en día puedes conseguir cogollos por mucho menos. Y aunque la compañía promueve características como la abrogación activa de ruido y controladores de titanio de 11 mm, la verdad es que la reparabilidad y la duración de la pila deben acomodarse un emplazamiento destacado en su letanía de requisitos para elegirlos en un campo extremadamente concurrido.
En el mundo de la electrónica de consumo, el derecho a reparar se ha centrado en gran medida en teléfonos y PC. Cedido el precio más bajo y la huella más pequeña, parece poco probable que lleguen a muchas leyes en el futuro cercano. Pero cualquier cosa que pueda ayudar a ceñir los desechos electrónicos y dar a los usuarios más control sobre estos productos probablemente sea netamente positivo.
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