Por Kelsy Leancolaborador de artículo de opinión
El feminismo moderno se está apoderando de nuestra cultura. A mujeres y niñas de todas las edades se les transmite información errónea sobre lo que significa ser mujer. Un movimiento que comenzó principalmente con la intención de lograr que las mujeres tuvieran el derecho al voto, se ha transformado en algo irreconocible hoy. Hay ciertas verdades que el movimiento moderno quiere mantener ocultas para mantener el control sobre la trayectoria de la feminidad dentro de nuestra nación. ¡Aquí hay tres verdades que el feminismo moderno no quiere que sepas!
Verdad #1: Las mujeres no son víctimas
El movimiento feminista anima a las mujeres a adoptar una mentalidad de victimismo. Este enfoque nos deja sin poder y atrapados en un estado continuo de dependencia y fragilidad. Al liberarse del victimismo, las mujeres pueden liberar su potencial y abrazar sus verdaderas identidades sin las mentiras del feminismo moderno. Ser mujer no es algo por lo que preocuparse. No deberías desear haber nacido hombre ni insistir en las luchas que conlleva ser mujer. Ser mujer es algo poderoso y no somos víctimas por ello. El feminismo moderno es una ideología que se alimenta de una mentalidad victimista, que pretende empoderarnos, pero en realidad nos prepara para el fracaso en cualquier circunstancia. Enseñar a las jóvenes que están en desventaja en la vida debido a su identidad femenina está haciendo mucho más daño que bien. A las mujeres jóvenes se les debe enseñar que su feminidad es uno de sus mejores atributos y que nunca deben avergonzarse de ello.
Obtenga nuestras últimas noticias GRATIS
Suscríbase para recibir correos electrónicos diarios/semanales con las principales historias (¡además de ofertas especiales!) de The Christian Post. Se el primero en saberlo.
Verdad #2: El aborto no es sinónimo de atención médica para la mujer
El movimiento feminista moderno tergiversa el aborto como un tema que pertenece plenamente al ámbito de la atención sanitaria de las mujeres. Pero la verdad es que el aborto no es un producto médico de rutina y no debería discutirse únicamente en el contexto de la atención médica. Es un complejo dilema moral y ético que trasciende el ámbito de la atención sanitaria y los derechos de las mujeres. El verdadero tema del aborto gira en torno al valor que le damos a la vida y, más personalmente, al valor que una mujer le da a la vida de su hijo. Al reducir el aborto a una cuestión únicamente de atención médica o de derechos de las mujeres, el feminismo ha disminuido la gravedad de la decisión y ha insensibilizado a muchas mujeres a la verdad que rodea el tema. ¡No es necesario estar a favor del derecho a decidir para estar a favor de los derechos de las mujeres! Al eliminar la asociación entre las palabras de moda “salud reproductiva” y “derechos de las mujeres” del tema del aborto, podemos entablar conversaciones más significativas que respeten la santidad de la vida y valoren los derechos de las mujeres.
Verdad #3: Las mujeres y los hombres no son ‘iguales’
El movimiento feminista moderno ya no se trata de la lucha por la igualdad en materia de igualdad de derechos. El movimiento ahora perpetúa la narrativa de que para ser “iguales” mujeres y hombres deben ser intercambiables. Al hacerlo, pasa por alto las contribuciones únicas que posee cada sexo y apunta a crear indistinguibilidad entre mujeres y hombres. Peor que esto, ha creado un estándar de igualdad que enfatiza la masculinidad sobre la feminidad. En nombre de la igualdad, el movimiento feminista moderno enseña a las mujeres y a las niñas a parecerse más a sus homólogos masculinos. Enseñan que para tener éxito las mujeres deben abrazar y asumir características históricamente masculinas y al mismo tiempo ignorar las históricamente femeninas.
El feminismo moderno busca masculinizar a las mujeres y feminizar a los hombres bajo el pretexto de la igualdad. En resumen, enseñan que si queremos ser “iguales” a los hombres debemos convertirse más como hombres. Ejercer esta presión innecesaria e inútil sobre las mujeres para que sean, actúen y piensen de manera diferente a como lo harían naturalmente, deja a las feministas modernas deprimidas y confundidas. El verdadero empoderamiento de las mujeres no proviene de una “igualdad” forzada, sino de aceptar la singularidad de la condición de mujer y comprender su valor inherente. Que las mujeres encuentren un verdadero empoderamiento en sus identidades naturales les permite contribuir de manera más auténtica a la sociedad. Las mujeres y los hombres no son iguales, y cuanto más rápido nuestra nación pueda captar esta idea, mejor estaremos todos.
Juntas, arrojemos luz sobre las verdades ocultas del feminismo moderno y esforcémonos por cultivar una cultura que celebre el poder único de la feminidad, libre de narrativas de víctimas y retórica demasiado simplificada. Decir estas verdades permite un diálogo más inclusivo y auténtico que resultará en el verdadero empoderamiento de las mujeres. Las mujeres no son víctimas, el aborto no es sinónimo de atención médica para las mujeres y las mujeres y los hombres no son “iguales”.
firmado,
Una voz (femenina) para un auténtico empoderamiento
Kelsy Lehne es colaboradora de IKNOWGOD.US. Es escritora y activista humanitaria.
————————————————– —————–
Esta página transcribe artículos de diversas fuentes de dominio público, las ideas expresadas son responsabilidad de sus respectivos autores por lo cual no nos hacemos responsables del uso o la interpretación que se les dé. La información publicada nunca debe sustituir asesoría profesional, médica, legal o psicológica.