Por Anugrah KumarColaborador de Christian Post
Un pastor bautista fue asesinado en el estado de Kachin en Myanmar, lo que marca una sombría escalada en el conflicto en curso en la región. El pastor de 47 años, asociado con la Convención Bautista de Kachin, fue asesinado a tiros en su tienda de informática por tres asaltantes no identificados, según un informe.
El pastor Nammye Hkun Jaw Li del municipio de Mogaung sufrió heridas de bala en la cabeza y el abdomen el lunes, informó UCA News. Su muerte ha intensificado la preocupación en Kachin, un estado ya devastado por la violencia desde el golpe militar de 2021, también conocido como Tatmadaw.
Li no sólo era un líder religioso sino también una figura destacada en las protestas antimilitares locales y en las iniciativas comunitarias contra el abuso de drogas. Estuvo involucrado con el KBC y el grupo antidrogas Pat Jasan en Kachin.
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El incidente ocurrió en un municipio que ha sido testigo de importantes disturbios, y la población local ha sido la más afectada por el conflicto.
Lamentando su pérdida, su familia y los residentes locales han exigido justicia, aunque no han señalado a ningún grupo por el ataque, dijo UCA News.
En el estado de Kachin se han producido numerosas muertes y desplazamientos desde la toma del poder militar. En la zona, con una importante población cristiana, se han entrelazado tensiones religiosas y conflictos políticos.
El arresto y posterior encarcelamiento de Hkalam Samson, otro líder bautista, por parte del ejército refleja los mayores riesgos que enfrentan los líderes religiosos y comunitarios en Kachin.
Las acciones del ejército nacionalista budista contra entidades cristianas han sido notablemente agresivas, con acusaciones de apoyar a grupos insurgentes.
En el conflicto, el Ejército de Independencia de Kachin ha ganado terreno frente a las fuerzas militares, ha capturado lugares estratégicos y ha interrumpido operaciones militares. Las recientes ofensivas militares reaccionarias han atacado indiscriminadamente zonas civiles, causando víctimas y daños materiales.
El contexto del conflicto en Myanmar revela un patrón de graves abusos contra los derechos humanos, particularmente en zonas de mayoría cristiana como Kachin. El bombardeo por parte del Tatmadaw de un campo de desplazados internos en octubre de 2023, que provocó importantes víctimas civiles, ejemplifica las tácticas brutales empleadas.
La comunidad internacional ha examinado al ejército de Myanmar por su implacable represión contra los civiles, especialmente en regiones con una fuerte presencia cristiana. La violencia actual en Kachin, caracterizada por acciones tanto militares como rebeldes, continúa desestabilizando el estado, afectando a miles de vidas y alterando el tejido social de esta conflictiva región.
En septiembre pasado, el bloque regional Asociación de Naciones del Sudeste Asiático votó a favor de retirar a Myanmar de su presidencia prevista para 2026, optando en su lugar por Filipinas.
Aunque la mayoría de la población de Myanmar es de etnia birmana y budista, el país alberga varias comunidades étnicas y religiosas. Alrededor del 20%-30% de la etnia karen son cristianos, y en el estado de Chin, donde la mayoría de la población es cristiana, el ejército encuentra un entorno rico en objetivos para sus operaciones.
El Tatmadaw tiene un historial de persecución contra estos grupos minoritarios, incluidos los musulmanes y cristianos rohingya, dijo anteriormente el organismo de control de la persecución con sede en Estados Unidos International Christian Concern, explicando que sus tácticas incluyen bombardeos de zonas civiles, interrogatorios tortuosos e intentos de conversiones forzadas al budismo.
La prolongada persecución ha llevado a muchos a huir de Myanmar y buscar refugio en países vecinos como India y Tailandia. Algunos incluso se han reasentado en lugares tan lejanos como Estados Unidos y Australia. Sin embargo, muchos permanecen en campos de refugiados cerca de la frontera con Myanmar, enfrentando décadas de incertidumbre.
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