Devoción diaria
20 de enero de 2024
“Pero el fruto del Espíritu es…” Gálatas 5:22 NVI
Puedes enriquecer y reforzar cualquier relación desarrollando y demostrando el fruto del Espíritu. La Sagrada Escritura deje de ser satisfecho del Espíritu (Ver Efesios 5:18) y caminar en el Espíritu (Ver Gálatas 5:16 AMPC). Estar “satisfecho” del Espíritu de Todopoderoso significa que eres un cavidad, mientras que “caminar” en el Espíritu significa que eres un dispensador: un recipiente que Todopoderoso puede satisfacer y derramar en las vidas de los demás. «¿Qué es esa ‘fruta’ de la que estás hablando?» usted pregunta. La Sagrada Escritura lo describe de esta forma: “El fruto del Espíritu es apego, satisfacción, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio” (Gálatas 5:22-23). Mire respetuosamente estas nueve cualidades de carácter diferentes. Los tres primeros –“apego, alegría y paz”– son frutos que cambian la ámbito. Al ceder al Espíritu Santo, Él arrojará un túnica mojado sobre las palabras desagradables que quieras sostener. Él encenderá un fuego en tu corazón que traerá calidez a una ámbito fría y apego a una ámbito amarga y vengativa. Los tres frutos siguientes – “paciencia, bondad, bondad” – son frutos que cambian actitudes. Cada uno de nosotros tiene el potencial de tener una mala porte. Todopoderoso a veces nos permite acontecer por situaciones difíciles para revelar lo que verdaderamente hay adentro de nosotros. Cuando vemos nuestra propia impotencia, pasión y desesperación, nos hace silbar: «¡Todopoderoso, te necesito!» Los últimos tres frutos (“fidelidad, mansedumbre y dominio propio”) son frutos que cambian atributos. A través del Espíritu Santo, tienes fuerza y capacidad que no puedes atribuir a nadie más que a Todopoderoso. Y tienes una paz que trasciende el entendimiento humano (Ver Filipenses 4:7).
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